Cristina Romera Castillo

«El plástico biodegradable es un arma de doble filo (…) necesita condiciones especiales para degradarse -más de 50°C- que solo se dan en una planta de compostaje, por lo tanto, no se degrada en el agua (…) Su reciclaje es complicado ya que no se puede mezclar con el plástico convencional (…) la mejor solución es no generar ese residuo».