Descifran el genoma del guanaco: Una historia de adaptación y supervivencia
¿Cómo han hecho los guanacos para sobrevivir? Esta es la pregunta que buscó responder un equipo de investigadores, analizando el genoma de guanacos para evaluar el impacto evolutivo de hábitats desafiantes en la diversidad genómica. (Crédito fotográfico: Francisco Gamboa)

 

 

Un equipo de investigadores, en el que participó la profesora UC Juliana Vianna, directora alterna del Instituto Milenio CRG, analizó el genoma de 38 guanacos desde las zonas áridas de Perú y Chile, hasta Tierra del Fuego en el sur, descubriendo diferencias que permiten comprender cómo han podido adaptarse a condiciones adversas.

 

 

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Fuente: Red G9

 

 

La mayor disponibilidad de datos genómicos de calidad ha mejorado enormemente el alcance y la resolución de la comprensión de la historia evolutiva reciente de especies silvestres adaptadas a ambientes extremos y su susceptibilidad a los impactos antropogénicos.

 

Gracias a esto se ha podido conocer más de nuestras especies endémicas. Un caso es el del guanaco (Lama guanicoe), un camélido salvaje presente a lo largo del continente americano, que ha mostrado una extraordinaria adaptación a los más diversos hábitats, desde los territorios más áridos en Perú y el norte de Chile, pasando por las altas montañas de los Andes, hasta los confines del extremo sur en la Isla Navarino, en la región de Magallanes.

 

También han sobrevivido a los seres humanos. Los guanacos tienen una larga historia de sobreexplotación y actualmente son parte de los 74 grandes herbívoros en el mundo (de más de 100 kilos) amenazados, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Science Advances.

 

La pregunta que surge entonces es: ¿Cómo han hecho los guanacos para sobrevivir?

 

 

LOS SECRETOS DEL GENOMA

 

 

La diversidad genómica adaptativa, es decir, aquellas características genéticas que han permitido a los guanacos sobrevivir y florecer bajo condiciones adversas, mostró una fuerte correlación con las variables ambientales. (Crédito fotográfico: Pexels/Alizee Lopes).

 

 

Esa es la interrogante que buscó responder un equipo de investigadores, conformado por Juliana Vianna, profesora de la Facultad de Ciencias Biológicas e Instituto para el Desarrollo Sustentable, y directora alterna del Instituto Milenio Centro de Regulación del Genoma (CRG); Fabiola LeónEduardo Pizarro y Daly Noll, también del CRG; Luis Pertierra, investigador de Instituto Milenio Biodiversidad de Ecosistemas Antárticos y Subantárticos (BASE); Benito González, investigador del Laboratorio de Ecología de Vida Silvestre de la Universidad de Chile; Warren Johnson, del departamento de Biología de Loyola University, Maryland, EE.UU.; y Juan Carlos Marín, investigador del Laboratorio de Genómica y Biodiversidad, de la Universidad del Bio-Bío.

 

Su trabajo, que fue publicado en la revista Genome Biology and Evolution, consistió en analizar 38 genomas de guanacos, a lo largo de su extensa distribución latitudinal desde Sechura en Perú y el desierto de Atacama en Chile, hasta el sur en Tierra del Fuego. Su objetivo era evaluar el impacto evolutivo de estos hábitats desafiantes en la diversidad genómica.

 

Como comenta la investigadora Juliana Vianna, “hicimos un muestreo muy amplio, desde Perú hasta el norte de Chile, pasando por todo Chile en altitud, hasta poblaciones que viven en la cordillera argentina, hasta Tierra del Fuego”.

 

Los resultados fueron significativos: las subespecies de guanacos divergieron aproximadamente hace 800.000 años, con distintas trayectorias demográficas que reflejan su expansión hacia el sur del desierto de Atacama y su posterior adaptación a condiciones extremas.

 

Además, se observó que los guanacos patagónicos han sufrido reducciones significativas en el tamaño efectivo de su población, probablemente debido a los impactos antropogénicos como la caza y la alteración de su hábitat.

 

Sorprendentemente, las poblaciones en los límites más norteños y occidentales presentan los menores niveles de diversidad genética, lo que podría implicar una mayor vulnerabilidad ante futuros cambios ambientales.

 

Como afirma Juliana Vianna, “nuestro estudio refuerza que el primer grupo son los guanacos del norte, que son considerados una subespecie y que está en la región de Chile y Perú, en el desierto de Sechura y Atacama, y que después han ido colonizando diferentes ambientes hacia el sur”. Y agrega: “Con el genoma podemos ver cómo el tamaño efectivo ha oscilado en el tiempo y podemos ver que la especie del sur tiene una un tamaño diferenciado, o sea, un decrecimiento de los tamaños efectivos antes de las que las del norte en el pasado”.

 

La diversidad genómica adaptativa, es decir, aquellas características genéticas que han permitido a los guanacos sobrevivir y florecer bajo condiciones adversas, mostró una fuerte correlación con las variables ambientales. Esto subraya la impresionante capacidad de estos animales para no solo colonizar nuevos territorios, sino también para adaptarse a ellos de manera efectiva.

 

Este estudio  enriquece nuestro entendimiento de la evolución del guanaco, y además también subraya la importancia crítica de proteger estas poblaciones únicas. Conocer su historia genética contribuye a planificar mejor su conservación, asegurando que futuras generaciones puedan también maravillarse con su resistencia y belleza.

 

 

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